Como ya sabrán, Hugo y yo no sólo hemos viajado al siglo XIX sino que hemos tenido la oportunidad de entrar a la literatura de la época presenciando numerosas escenas cotidianas. Varias de ellas por supuesto, tienen que ver con cafeterías, lugares en donde la gente no sólo se reunía a cenar y beber algo, estos lugares también fueron grandes lugares de reunión política, periodismo y literatura.
Hace poco Hugo y yo presenciamos una escena de la novela "La clase media" de Juan Díaz Covarrubias dentro del Hotel de la Gran Sociedad, pueden ver aquí el video:...
A continuación lea presentamos brevemente algunas de las cafeterías más importantes de la Ciudad de México en el siglo XIX:
Café del Prado. Se encontraba al lado del teatro Novedades, cerca de La Alameda. El
propietario era el Señor Abaunza, que se decía, era un gran ponchista junto con
su esposa la Señora Padessi. Este café se caracterizaba por su aroma a vainilla,
ron y especias que impregnaban el lugar.
Café del Progreso. En 1876 pasó a ser propiedad de Emilio Lenfort, en este
café se enaltecían los “fósforos”, los ponches, las suculentas cenas y las
bebidas, que costaban medio real.
Café Oriental. Ubicado en la primera calle de
Cinco de mayo. Era un café muy rico, preparado para paladares sibaritas. En
un importante periódico de la época se decía que: “la bella educación, finos
modales y la conversación del dueño garantizaban a los concurrentes muy buenos
ratos”.
Café del Cazador. Abierto en 1835,
fue uno de los cafés más concurridos por su calidad y buen ambiente. Las
principales características de este café eran el buen servicio que había y el
gran surtido de bebidas en la cantina.
Café Gran Sociedad. Dentro del hotel que tiene el mismo nombre. Era el
lugar de reunión de la gente más acomodada, como comerciantes ricos, empleados
de categoría, jefes del ejército, hacendados, hombres de renombre, caballeros
de industria y “niños de casa grande” que eran holgazanes tal
como Isidoro y sus amigos.
Entre muchos otros, estos fueron varios de las cafeterías más importantes de la época y muchas de estas escenas cotidianas fueron retratadas en la literatura decimonónica mexicana. Esto, debido a que las cafeterías eran punto de encuentro de ideas y formas peculiares de ser, eran un termómetro de la sociedad y por tanto, fiel retrato de las transformaciones de la misma. Tal es el caso de "La clase media" de Juan Díaz Covarrubias que pueden encontrar digitalizada en la siguiente dirección: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020028220/1020028220.PDF
EL PONCHE: La tradición
Pero no es sólo de interés las cafeterías de la época sino lo que se vendía en ellas. Una de las bebidas más
populares era el ponche, pero éste no es el ponche de frutas que
conocemos actualmente y que bebemos en las fiestas decembrinas, sus
ingredientes eran: Jarabe de cortezas de limón, bien clarificado. ron, cognac y
kirsch (licor incoloro elaborado por destilación
del jugo de una especie de cerezas silvestres producidas en la Selva Negra de Alemania), agua caliente y pedacitos de limón rebanados para
poner en el vaso al servirlo.
El origen del ponche
se remonta a la India, en donde se le dio el nombre de pãč, que
significa cinco, por el número de ingredientes que contenía la bebida
(aguardiente o ron, limón, agua, azúcar y té). Fue llevada a Europa en el Siglo
XVII por los Marineros de la Compañía Británica de las Indias Orientales y de
ahí llegó a América, donde se popularizó y se adaptó su preparación a las
distintas regiones del continente.
La moda del ponche se popularizó masivamente no sólo en América sino a lo largo de toda Europa, hasta llegar a ser -por lo menos en América- una bebida tradicional decembrina que se toma calientita.
Más información sobre el tema en:
- Los cafés en México en el siglo XIX de Clementina Díaz y de Ovando. Digitalizado en: books.google.com.mx/books?isbn=9683680216
Bibliografía extra...
http://www.esteticas.unam.mx/revista_imagenes/dearchivos/dearch_redaccion01.html
https://gourmets.elperiodico.com/punto-de-opinion/el-ponche-la-bebida-de-las-ocasiones-especiales