¿Quiénes somos?

Nosotros somos Laura Alvarado y Hugo Robles y tenemos una historia peculiar que involucra viajes en el tiempo y literatura... Era verano y Laura estaba a punto de perder su trabajo si no hacía un buen artículo sobre el Hotel de la Gran Sociedad tan famoso en el siglo XIX. Ya en el edificio que fuera antes el grandioso hotel sucedió algo que nos cambió la vida para siempre, que cambió nuestra forma de concebir la historia y la literatura, y que ahora queremos compartir con todos ustedes.

martes, 3 de diciembre de 2013

¿Y la música y el bailongo?

Gracias a la ayuda de Enrique, después de explicarle lo que había pasado y que se le pasara un poco el susto, pudimos conocer más sobre las costumbres y la forma de vida en esa época.

Una de las principales cosas que nos llamó la atención fue la importancia de la música, ya que en ambas casas hubo un momento musical a cargo de una dama. Enroque nos explicó que esto era porque las mujeres eran instruidas en actividades relacionadas con el “bello sexo” como la música y la costura y uno de los instrumentos principales era el piano, ya que además de producir melodías hermosas, le daba porte a la casa y a sus habitantes.


Desde el siglo XVIII el arte musical de Francia e Italia tomó gran fuerza en la música mexicana, sobretodo en la música popular, que aún en la actualidad conserva toques de esos estilos en la música regional tradicional.

Además, durante el siglo XIX se fundaron tres instituciones filarmónicas en México:

- La primera, el 17 de abril de 1825 que era dirigida por José Mariano Elízaga,
- La segunda, en 1838, con Agustín Caballero, José Antonio Gómez y Cenobio Paniagua.
- La tercera, el 14 de enero de 1866 con 76 socios, se llamó la Sociedad Filarmónica Mexicana y fue la precursora del Conservatorio de la Sociedad Filarmónica Mexicana que existe en la actualidad.




Los tipos de música más representativos de la época son: Los valses, las danzas, las gavotas, las romanzas y las fantasías. Los músicos favoritos en cualquier reunión, para ser representados por las bellas damas que sabían interpretar de manera excelsa a estos autores, son: Chopin, Bramhs, Grieg, Beethoven, Cécile Chaminade, Stehphen Síller, Shuman, Wagner, Berruot y Blüthner.

Pero no crean que todo era música extranjera y de tipo “formal”, también tenían canciones populares, como la que alcanzamos a escuchar que Luis cantaba en la cafetería. Entre algunas de las canciones populares se encuentran “la pulga” que es el primer corrido mexicano, del compositor Pepe Quevedo, escrito en 1821. 



El término ≪corrido≫ se toma de la cultura andaluza, que denominaba así a los romances tradicionales,aunque el corrido mexicano tiene características propias de la nación desde sus inicios. También existen canciones típicas y muy pedidas, principalmente por criollos y mestizos, en los teatros de baile como “El mosquito”, “el café” y “el tecolote”, entre otras, que eran bailadas y tarareadas o cantadas por los que asistían a estos bailes.
                
Estas canciones populares servían como expresión crítica, con funciones políticas e ideológicas dirigidas a los grupos liberales, y como elemento de unión entre las festividades locales y de la misma forma, entre los mexicanos.


Más sobre el tema en:





¡Qué moda!

Ya vimos un poco de todo sobre la vestimenta del siglo XIX en nuestro viaje por "La clase media" de Covarrubias. Sin embargo creímos que era necesario explicar un poco más la vestimenta y de dónde es que provenían las tendencias más importantes. 

La influencia del descubrimiento de Pompeya y Herculano en la moda de occidente se vio reflejada en un nuevo estilo más ligero de prendas, lo cual por  influencia española fue legado a la moda del México independiente. 

Era por el puerto de Veracruz y Tampico por donde llegaban las tendencias de la moda en París y eran conocidos también por las publicaciones de revistas francesas en donde se detallaba la última moda como la introducción de la crinolina por Eugenia de Montijo y Napoleón III, los aros o múltiples enaguas con la finalidad de ensanchar las caderas femeninas. Después de la caída del segundo imperio la crinolina se sustituyó por el polisón que pretendía dar volumen a la falda sólo en la paste posterior mediante su forma oval. Otra de las modas francesas que llegaron de Europa fue el corset, herramienta para afinar el cuerpo.



Las telas de lana seda eran provenientes de Francia, de Alemania las telas de lino y de China los chales de crepé. Éstas eran solventadas sólo por la clase media y en su gran mayoría por la clase alta; refleja la influencia de la cultura europea y el tipo de sociedad que se quería ser. Los aires de  modernidad no sólo estaban presentes en el deseo de aumentar el ingreso económico sino que se quería adoptar la cultura moderna por excelencia y qué forma más notoria que reflejarlo en la vestimenta.

Un menú del XIX...


La comida rápida no ha existido siempre, caímos en cuenta de eso hasta que pasamos por esta travesía temporal. La comida está consagrada a todo un ritual de preparación e ingesta y el México del Siglo XIX no es la excepción de estas formas. Así que, una vez de vuelta y como estábamos con el estómago vacío luego de semejante resaca y de haber percibido olores que nos abrieron el apetito, se nos ocurrió indagar un poquito sobre  la gastronomía.


Aunque en México la “cocina nacional” no surgió junto con la nación, la relación con la comida autóctona y los elementos que la población criolla incluyó crearon una nueva forma de cocinar. Sin embargo, la influencia europea marcó de manera importancia la tradición culinaria de gran parte del Siglo XIX.

Nos dimos cuenta que, casi inevitablemente, el sazón de la comida tenía un ligero sabor a Francia, pues eran sus editoriales las encargadas de imprimir, ilustrar y comercializar los primeros compendios con las recetas mexicanas pero eso fue cambiando poco a poco.

La cocina mexicana está cargada de una idea nacionalista y como tal representa la riqueza de cada una de sus regiones. Es por lo tanto que gracias a la regionalización la cocina mexicana se constituye en una sola. La diversa tradición culinaria que se estaba hirviendo daría como resultado una gama de platillos que combinan a modo de ensalada las características de las cocinas que la conformaron  una comilona de muchos colores, olores y sabores.




¿Qué recetas se cocinaron a fuego lento? Si hiciéramos un menú basado en las mesas de alta y mediana cocina constaría más o menos de lo siguiente: en el desayuno ya bien un asado de carnero o pollo o algún rico mole hecho a base de diversos chiles, con verduras y frijolitos para acompañar. Para una visita,  panecillos que recibían el nombre de mostachones y rodeos.  Si se antoja algún dulce habría que llenar la canasta de harina, piñones, mieles, piloncillos y huevos, pasitas o almendras. Para la hora de la comida, arroz, guisados preparados con guajolote; conejo o puerco, pucheros  con garbanzos y  col, quelites, tortillas hechas a mano y agua de chía o en mejores casos un bien degustado vino; de postre arroz con leche, natillas o dulces de fruta con jugo de naranja. Ya entrada la tarde, un buen chocolate y tamales de dulce y para la cena tal vez pan dulce. Y eso sin entrar en nombres de platillos que desconocemos pero que podrían hacernos agua la boca como lo son la faubonia y los quenefes, panatelas ,escarolas, borrajas y chicorias, botoalante, mongivelo, salmorejo, frondigas, mestlapiques, artaletes, papelinas,alfónsigos, engranujo y ratafias, cafiroleta, caspiroleta y caspirolonga. 


Por si  fuera poco el trabajo que implica su preparación, todavía hay que anotar que todo esto era hecho en fogones adosados en la pared dentro de cocinas con cazuelas de barro y espátulas de madera. Semejante festín se antojaba entonces y con igual ansia ahora.



Y como no podíamos quedarnos sólo en este artículo, Hugo y yo decidimos meternos a unos cursitos para aprender a cocinar, ya les contaremos luego cómo nos fue.





Más sobre el tema en:

"La Cocina Del México Independiente." Gastronomía México : : Sistema De Información Cultural, CONACULTA. N.p., n.d. Web. 03 Dec. 2013. <http://sic.conaculta.gob.mx/ficha.php?table=gastronomia>

"La Cocina Mexicana, Forjada a Fuego Lento'" La Cocina Mexicana, Forjada a Fuego Lento” INAH, 12 Sept. 2013. Web. 03 Dec. 2013. <http://www.inah.gob.mx/boletines/4-publicaciones/6774-la-cocina-mexicana-forjada-a-fuego-lento>.

"Los Recetarios "afrancesados" Del Siglo XIX En México." Anthropology of Food. N.p., n.d. Web. 03 Dec. 2013. <http://aof.revues.org/6464>.

"Recetarios Antiguos De México." Gastronomía México : : Sistema De Información Cultural, CONACULTA. N.p., n.d. Web. 03 Dec. 2013. <http://sic.conaculta.gob.mx/ficha.php?table=gastronomia>.

Suárez Y Farías, María Cristina. "La Gastronomía Mexicana Del Siglo XIX." México Desconocido. N.p., n.d. Web. 03 Dec. 2013. <http://www.mexicodesconocido.com.mx/la-gastronomia-mexicana-en-el-siglo-xix.html>.

"Theatro Gastronómico De México." Gastronomía Histórica De México. N.p., n.d. Web. 03 Dec. 2013. <http://gastronomiahistorica.blogspot.mx/>.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Cafeterías y bebidas en el siglo XIX


Como ya sabrán, Hugo y yo no sólo hemos viajado al siglo XIX sino que hemos tenido la oportunidad de entrar a la literatura de la época presenciando numerosas escenas cotidianas. Varias de ellas por supuesto, tienen que ver con cafeterías, lugares en donde la gente no sólo se reunía a cenar y beber algo, estos lugares también fueron grandes lugares de reunión política, periodismo y literatura. 
Hace poco Hugo y yo presenciamos una escena de la novela "La clase media" de Juan Díaz Covarrubias dentro del Hotel de la Gran Sociedad, pueden ver aquí el video:...


A continuación lea presentamos brevemente algunas de las cafeterías más importantes de la Ciudad de México en el siglo XIX: 

Café del Prado. Se encontraba al lado del teatro Novedades, cerca de La Alameda. El propietario era el Señor Abaunza, que se decía, era un gran ponchista junto con su esposa la Señora Padessi. Este café se caracterizaba por su aroma a vainilla, ron y especias que impregnaban el lugar.


Café del Progreso. En 1876 pasó a ser propiedad de Emilio Lenfort, en este café se enaltecían los “fósforos”, los ponches, las suculentas cenas y las bebidas, que costaban medio real.


Café Oriental.  Ubicado en la primera calle de Cinco de mayo. Era un café muy rico, preparado para paladares sibaritas. En un importante periódico de la época se decía que: “la bella educación, finos modales y la conversación del dueño garantizaban a los concurrentes muy buenos ratos”.

Café del Cazador.  Abierto en 1835, fue uno de los cafés más concurridos por su calidad y buen ambiente. Las principales características de este café eran el buen servicio que había y el gran surtido de bebidas en la cantina.


Café Gran Sociedad. Dentro del hotel que tiene el mismo nombre. Era el lugar de reunión de la gente más acomodada, como comerciantes ricos, empleados de categoría, jefes del ejército, hacendados, hombres de renombre, caballeros de industria y “niños de casa grande” que eran holgazanes tal como Isidoro y sus amigos.

Entre muchos otros, estos fueron varios de las cafeterías más importantes de la época y muchas de estas escenas cotidianas fueron retratadas en la literatura decimonónica mexicana. Esto, debido a que las cafeterías eran punto de encuentro de ideas y formas peculiares de ser, eran un termómetro de la sociedad y por tanto, fiel retrato de las transformaciones de la misma. Tal es el caso de "La clase media" de Juan Díaz Covarrubias que pueden encontrar digitalizada en la siguiente dirección: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020028220/1020028220.PDF


EL PONCHE: La tradición

Pero no es sólo de interés las cafeterías de la época sino lo que se vendía en ellas. Una de las bebidas más populares era el ponche, pero éste no es el ponche de frutas que conocemos actualmente y que bebemos en las fiestas decembrinas, sus ingredientes eran: Jarabe de cortezas de limón, bien clarificado. ron, cognac y kirsch (licor incoloro elaborado por destilación del jugo de una especie de cerezas silvestres producidas en la Selva Negra de Alemania), agua caliente y pedacitos de limón rebanados para poner en el vaso al servirlo.

El origen del ponche se remonta a la India, en donde se le dio el nombre de p­­ãč, que significa cinco, por el número de ingredientes que contenía la bebida (aguardiente o ron, limón, agua, azúcar y té). Fue llevada a Europa en el Siglo XVII por los Marineros de la Compañía Británica de las Indias Orientales y de ahí llegó a América, donde se popularizó y se adaptó su preparación a las distintas regiones del continente.

La moda del ponche se popularizó masivamente no sólo en América sino a lo largo de toda Europa, hasta llegar a  ser -por lo menos en América- una bebida tradicional decembrina que se toma calientita. 



Más información sobre el tema en: 

Los cafés en México en el siglo XIX de Clementina Díaz y de Ovando. Digitalizado en: books.google.com.mx/books?isbn=9683680216



Bibliografía extra...


http://www.esteticas.unam.mx/revista_imagenes/dearchivos/dearch_redaccion01.html


https://gourmets.elperiodico.com/punto-de-opinion/el-ponche-la-bebida-de-las-ocasiones-especiales